El Panteón Nacional

por | Oct 29, 2021 | Informativo

Con el triunfo del liberalismo en 1870, se abre una brecha determinante para la ciudad de Caracas, (arruinada y agotada por las interminables guerras de principios y mediados del Siglo XIX, y con resabios aun del movimiento de independencia), al iniciarse los cambios propios de una política urbanística con una dirección ya concebida como una necesidad de evidenciar la utilización de una práctica urbana que respondiera a los intereses en juego.

Guzmán intenta y de hecho rompe con la arquitectura de ese primer periodo republicano saltando hacia desproporcionadas ambiciones: la construcción de un capital con un cierto empaque internacional, identificada fundamentalmente con París.

¿Por qué con París? Porque París se había constituido en el modelo por excelencia de reordenamiento espacial, a raíz del proceso de urbanización dado entre 1851-1870, fecha en que Napoleón III dispone y encarga al Barón Haussman (Prefecto del Sena) la planificación de la ciudad de París.

En París se dio un proceso muy interesante de reajuste interno, debido al hecho de que como ciudad no funcionaba para lo que aspiraba el capitalismo organizado, se hacía necesario un proceso de industrialización acelerado, un sistema de comunicación vial diferente, establecer un sin número de vías férreas que apresuraran y dieran mayor fuerza al proceso; era preciso también conformar grandes centros de intercambio comercial, organizar centros de carácter burocrático, de oficinas y trabajos. Era, en una palabra, romper con una ciudad medieval, llena de calles estrechas, carentes de viviendas, sin una estructura ni una dinámica determinada.
Francia, y particularmente, París se convierte en la primera ciudad tipo de la época, copiada su nuevo tipo de urbanística, por una gran mayoría de ciudades Europeas y Latinoamericanas.

Las ciudades Latinoamericanas recibieron también, la influencia de la planificación urbanística de Haussman, al comenzar a renovar su fisonomía una vez que las nuevas burguesías quisieron afirmar su dominación, dándose entonces, ciertas transformaciones deliberadas, dirigidas a llamar la atención de los inversionistas extranjeros, quitándoles a las ciudades ese aire provinciano, convirtiéndolas en capitales modernas bajo un ficticio desarrollo.

Una influencia decisiva ejercía sobre las nuevas burguesías el modelo de transformación de París, imaginada por Napoleón III y llevada a cabo por el Barón Haussman.

En Venezuela, también se deja sentir la influencia de Haussman, a pesar de que el país no cuenta con las mismas condiciones satisfactorias en lo económico y en lo social con que contaba Francia. No había ferrocarriles, ni materias primas para la construcción de una infraestructura moderna, mercado internacional, ni capitalismo; pero Guzmán se propone realizar las modificaciones necesarias para transformar a Venezuela, específicamente a Caracas, en la Francia, y en el Paris de América Latina:

Desearía que los principales artículos de exportación en Venezuela, como el café, el cacao, el añil y el algodón, tuviesen a Francia como mercado central, mientras que los vinos y los otros productos agrícolas franceses, disfrutarían en nuestro país de una libre franquicia de derechos. Desearía también importar a mi país la ciencia, la literatura, las artes y las industrias francesas, por medio de una gran corriente de inmigración.
En una palabra, aspiro a hacer de Venezuela la Francia de la América del Sur. Guzmán Blanco. (Presidencia de la Republica, 1961).

A pesar de los grandes proyectos, lo más que consigue es una imitación: lo que era un inmenso mercado de cuatro cuadras de tamaño en Paris, se convierte en Caracas en un pequeño mercadito; los grandes bulevares, serán una pequeña avenida, la gran transformación urbana se traduce en la importación de cemento para las aceras, los grandes parques parisinos se convierten en El Calvario. Sin embargo, esa imitación conlleva a una renovación urbana de la ciudad, en la medida en que una ciudad netamente colonial desde todo punto de vista, tiene necesariamente que sentir los cambios que se están operando por muy insignificantes que ellos sean. Los programas de Guzmán: construir un acueducto, hacer un matadero, iluminación a gas en las calles, remodelación y construcción de algunas obras, son cosas pequeñas para lo que podría ser la Caracas de 1870, pero, aun así se trata de un gran programa de modificación urbana, teniendo en cuenta lo que era Caracas para ese momento: una ciudad pequeña, destruida por el terremoto de 1812 y por las constantes luchas civiles; y lo que sería después de haberse implantado el nuevo estilo de construcción.

Uno de los monumentos emblemáticos construidos durante el guzmancismo (1870-1888) está dedicado a la conservación de los personajes más destacados de nuestra Historia Nacional. Se trata de la transformación de la antigua iglesia de la Santísima Trinidad construida en 1744, por Juan Domingo del Sacramento Infante. Este templo sufrió los embates del terremoto de 1812, quedando seriamente afectada su estructura.

El 27 de marzo de 1874 por decreto del General Guzmán Blanco, la añeja estructura es convertida en el Panteón Nacional. Se inauguró el 28 de octubre de 1876 dentro del esquema de obras edificadas durante el Septenio Guzmancista.

Fue reconstruida su estructura por el Ingeniero Solano y tuvo dentro de sus primeros restos, los personajes de José Gregorio Monagas, Francisco Bohórquez del Toro, Ezequiel Zamora, Juan Crisóstomo Falcón.

El 28 de octubre de 1876 recibe los restos de nuestro Libertador Simón Bolívar.

Durante el régimen Gomecista se designaron a los arquitectos Manuel Mujica Millán y Alejandro Chataing para remozar su estructura en el marco de las celebraciones de los Centenarios de la Independencia y nacimiento de la República de Venezuela.

El 25 de julio del año 2002, es declarado Monumento Nacional en homenaje a los venezolanos destacados por su obra a nuestra patria.

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