Palabras de bienvenida al nuevo año escolar 2022-2023 del Padre Álvaro Arias cmf, Rector de nuestro Colegio.
68 años siendo arraigados y audaces en la misión educativa
Hay momentos en la historia de nuestras familias y comunidades que cobran un significado especial en la memoria de sus miembros. Son momentos cuyo recuerdo conservamos como un tesoro precioso y cuya contemplación hace renacer en nosotros la esperanza y nos ayuda a consolidar la adhesión a los valores que constituyen nuestra identidad más profunda. La fundación de este colegio claretiano en Venezuela, del cual queremos celebrar hoy sus 68 años de camino, y lo hacemos justo al iniciar un nuevo año escolar 2022-2023, constituye uno de estos momentos para nuestra Congregación. Recordarlo y celebrarlo es un nuevo aliciente para profundizar en la fidelidad a los ideales misioneros que inspiraron la decisión de fundar este espacio educativo, para evangelizar por todos los medios posibles.
Estimada comunidad educativa de nuestro Colegio Claret, estimados padres, apoderados, docentes, asistentes de la educación, estimados estudiantes. Con gran alegría estamos iniciando un nuevo año escolar, todavía con vestigios de la pandemia, que nos mantuvo cautivos durante un largo período. Pero nuestra apuesta por la vida sigue animándonos para continuar cuidándonos.
Damos la bienvenida a los estudiantes que se incorporan a nuestra familia claretiana, así como a los nuevos docentes y demás trabajadores, y los invitamos a que, junto a sus familias, vayan identificándose y viviendo, cada día más, nuestro proyecto educativo, que profesan como principios: la ciencia y la virtud. Ojalá que, en este intento por hacernos familia, no descartemos la preocupación en todo momento de los unos por los otros, en sus necesidades emocionales y materiales.
Nuestro compromiso como colegio es generar un espacio de formación integral, donde ustedes puedan desarrollar competencias que les permitan enfrentar con logros concretos, los desafíos que el tiempo actual nos pone al frente.
Lo experimentado durante el año pasado, nos conduce a mirar la educación de un modo distinto y continuar profundizando las estrategias que hemos venido empleando, en donde las competencias digitales, el aprendizaje socioemocional, el trabajo colaborativo y el aprendizaje basado en proyectos se tornan en ejes centrales de nuestra propuesta educativa.
El nuevo año académico nos asoma, nuevos retos en la pastoral educativa, que es eje fundamental de esta posición misionera. Queremos ser claretianos, docentes, estudiantes, directivos, administrativos, y obreros, todos viviendo con pasión este estilo heredado por nuestro santo Patrón el P. Claret. Y queremos ser claretianos, como nos lo propone nuestra Congregación: arraigados y audaces. Si vivimos arraigados al verdadero maestro, Jesús, el Hijo de Dios podremos ser docentes, alumnos, directivos, etc, alegres y creíbles para los demás.
La audacia, que podamos desempeñar cada uno en lo que hacemos, no es nuestra, es del Espíritu Santo. Y eso necesita que estemos arraigados en el verdadero Maestro y Pedagogo, Jesucristo. En este año que iniciamos, la invitación para todos es esta: hagamos cada uno en este colegio, lo que tengamos que hacer, pero estando arraigados en Cristo para hacer ser audaces en nuestra tarea. Sea cual sea.
En el mes de octubre próximo, queremos inaugurar de manera oficial en nuestra comunidad educativa, el centenario de la presencia claretiana en Venezuela, ojalá que todos estemos prestos a participar y celebrar de buena manera este acontecimiento de gracia.
La conmemoración de los cien años de presencia claretiana en Venezuela será una ocasión para recordar y sentir el gozo de saberse parte de una historia escrita con lenguaje misionero. Es también un momento para soñar nuevos proyectos evangelizadores planeados desde la educación. Servirá también, sin duda, como la ocasión de pedir perdón, tanto por las acciones que no se hayan correspondido con lo que Dios nos pedía en un determinado momento, como por las omisiones que haya podido haber. No nos queda sino confiarnos a la misericordia de Dios y al perdón de quienes se vieron afectados.
Con seguridad, en nuestra memoria aparecerán muchos nombres e innumerables rostros. Son muchos los claretianos, las personas que, con su cercanía y amistad, con su colaboración y su oración, nos han acompañado durante estos 100 años, de los cuales este colegio ha sido testigo de 68. A todos ellos vaya nuestra más profunda gratitud, estén ya en el cielo, o todavía estén peregrinando por este mundo donde el Señor aún los quiere.
Quiero terminar estas palabras de bienvenida, recordando lo que nos dice el evangelio que hemos escuchado el día de hoy: “Jesús iba de camino, proclamando la Buena Noticia, acompañado por los Doce y por algunas mujeres, que habían sido curadas de espíritus malos”. (Lc 8, 1-3). Pidámosle al Dios de la vida, que a ejemplo del Maestro, optemos por ser en cada momento de nuestra vida Buena Noticia y no Mala Noticia. Que seamos Buena Noticia para nuestro colegio en el nuevo año, que nos dejemos seducir por el Espíritu Santo, y no por los espíritus inmundos que tienen rostro de: ego, chisme, mentira, orgullo, prepotencia, facilismo, maraña, cinismo. En ti está nuestra fortaleza Señor.
Bienvenidos, todos y todas, le pido al Señor que derrame sobre cada uno los dones de su Espíritu para que podamos encarnar en nuestra vida y en el ministerio de la educación el carisma misionero de San Antonio M. Claret, nuestro padre. En el corazón de María.
Álvaro Arias, CMF.
Rector
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